viernes, 20 de septiembre de 2013

A VUELTAS CON LA MUTILDANTZA

Pasado un tiempo, que hemos creído oportuno y necesario para no hurgar en la herida, consideramos que es ya momento de explicar nuestro posicionamiento al respecto de la polémica suscitada con las mutildantzas.

No entendemos la defensa de una tradición por el hecho de serlo, sino POR LO QUE REPRESENTA DE BUENO PARA QUIEN LA CONSERVA. En caso contrario, pasaría de ser una tradición a ser una imposición.

Desde nuestra manera de entender y sentir las mutildantzas, éstas son además, una manera de rememorar, no un acontecimiento histórico que podamos entender celebrable o no, sino un reconocimiento al legado de nuestros anteriores.

Y determinadas actitudes que hemos padecido en días recientes, revelan un poso de desprecio y resentimiento hacia el legado de aquellos a los que reconocemos y agradecemos en cada mutildantza.

Derivar la hondura, la elegancia, la finura que revela nuestra mutildantza, en el espectáculo circense al que se nos ha llevado en estos días, no provoca otra cosa que disgusto. Ese circo no nos representa. Esa no es nuestra manera de hacer las cosas. Esas no son nuestras formas. Y lo que demuestra quien las usa, es el más absoluto desconocimiento de la idiosincrasia de Baztan.

¿No ha demostrado Baztan su sentido de la igualdad, cuando en las pasadas elecciones municipales votó mayoritariamente a la lista de Unión del Pueblo Navarro, encabezada por Begoña Sanzberro, y en segundo lugar a Garbiñe Elizegi? ¿No ha ostentado en las tres últimas legislaturas la más alta representación de los Baztandarras, una mujer? ¿No venimos hace ya tiempo decidiendo y confiando la gestión de Baztan, de nuestro presente y nuestro futuro, a una mujer?

¿Quién y de qué quieren darnos lecciones? ¿Quienes y desde dónde conducen esta estrategia? ¿No es esto puro y vulgar oportunismo para ocultar nuestros verdaderos problemas?